UNA “REVOLUCIÓN COPERNICANA”
El destino del 30% de la "tasa de ciudadanía" a los consulados que reciben estos recursos ahora es ley. ¿Cuándo será puesto en práctica?
La “Ley de presupuesto” es la ley más importante del Estado italiano: he querido incluir mi enmienda propiamente en esta norma que – como dice el texto por mí presentado– entrará en vigencia desde el 2017, y por lo tanto en pocas semanas.
Treinta por ciento es menos de un tercio del valor solicitado por un derecho, dicen los detractores. ¿Cree realmente que esto podrá resolver los problemas de las filas, sobre todo en Brasil?
He siempre creído que un aporte de 100 euros para cada solicitud de ciudadanía fuese suficiente para garantizar los recursos necesarios para organizar, en los consulados, una fuerza de trabajo en grado de eliminar los trámites remanentes y de esta manera las largas esperas. El 30% previsto por la nueva ley equivale prácticamente a los 100 euros y creo que será suficiente. No solamente: la enmienda aprobada define también un valor que comprende 4 millones de euros (hoy cerca de 14 millones de Reales) para hacer frente a esta operación, garantizando recursos concretos y no aleatorios.
El texto de la ley habla genéricamente del destino de los recursos. ¿Esto no puede llevar a repetir situaciones vividas con el “equipo de trabajo” o sea, desviación de recursos, por no decir de dinero?
Para evitar que, como ha sucedido en el pasado, los recursos sean destinados a otras finalidades, he escrito explícitamente en el texto de la enmienda: “Las sumas que son destinadas a reforzar los servicios consulares tienen prioridad para la contratación de personal local para destinar a eliminar el retraso referido a las prácticas de ciudadanía”. Más claro que esto era imposible; esto quiere decir que estos 4 millones de euros están vinculados a tal finalidad, lo establece la ley, a la cual diplomáticos y funcionarios consulares deban responder. No hay ni deberá haber márgenes de discrecionalidad, ni incertezas o retardos.
También con esta ley, existen problemas: la derrota política de Renzi y la notoria fuerza de sectores de la diplomacia podrían "interpretar" la aplicación de estos recursos. ¿Cómo evitar este riesgo?
Es verdad que este resultado se debe tanto a mi trabajo, sostenido por el sistema de representación de la comunidad italiana (Comites y Cgie) y por la fuerza de una petición popular que ha recogido más de cincuenta mil firmas y ha sido entregada en las manos del Presidente del Consejo Renzi en Río de Janeiro en julio pasado. Hoy sin embargo esta norma es ley del Estado italiano y ningún nuevo gobierno puede modificar su contenido y finalidad. Estoy seguro que el Embajador Bernardini y todos los cónsules italianos en Brasil trabajarán en esta dirección de la mejor manera; obviamente será tarea de los parlamentarios, de los Comites y del Cgie controlar que todo vaya según lo previsto por la ley de presupuesto.
Cuando se encuentra en Río Grande del Sur, en la vigilia del referéndum, el Gobernador del Véneto Luca Zaia dijo que pedir 300 euros por un derecho es una vergüenza y que ellos lucharán por eliminar todo esto. Si esta tasa es eliminada, desaparece también el 30% previsto por su propuesta. ¿Qué piensa?
No pienso que sea una “vergüenza” solicitar a nuestros conciudadanos en el exterior una contribución por la solicitud de ciudadanía: es más, con esta enmienda para las ciudadanías ‘ius sanguinis’ se equipara de hecho con el trámite de ciudadanía por matrimonio. Italia es el país más generoso del mundo en términos de ley de ciudadanía, y no considero vergonzoso contribuir con la misma generosidad a los gastos del Estado italiano. Consideraba y considero una “vergüenza” esperar diez o más años por el reconocimiento de un derecho. Quien vive en Brasil sabe bien que por causa de estos retrasos y de la “fila” tantos ítalo-brasileros han sido a menudo condicionados a pagar decenas de miles de Reales a abogados, agencias o – peor- “comisionistas” sin escrúpulos. Antes de encontrar esta solución he solicitado a miles de personas en mis recorridos por Brasil o Sudamérica si estaban dispuestos a pagar una contribución económica a cambio de mejores servicios consulares y por la eliminación de largas esperas: no he encontrado ninguno contrario a esta propuesta. Lo que dice Zaia es pura demagogia. He sido electo en 2008 y me he comprometido a encontrar una solución a este problema; la única solución es derivada de la individualización de los recursos para financiar una fuerza de trabajo y, sucesivamente, una fuerza política paralela en grado de transferir estos recursos para esta finalidad: he encontrado las dos cosas. Otros en estos años solo han hecho discursos y generado polémica, haciéndose eco de los lamentos estériles y sin vías de salida. Hacer política quiere decir saber escuchar y traducir en la práctica los pedidos de tus electores: es esto lo que he hecho.
Usted ha dicho que la "fila" terminará en cuestión de "meses". ¿Piensa realmente que las filas de la ciudadanía finalmente desaparecerán?
No puedo hacer previsiones precisas sobre tiempos, sí, es verdad, he hablado de meses y no de años. Creo que desde que la “fuerza de trabajo” esté operativa, los trámites retrasados podrán ser terminados en menos de un año. Dependerá mucho de la voluntad y de la determinación de las oficinas consulares y de la capacidad de fiscalización y control de los organismos democráticamente representativos de nuestra colectividad.
Quiero agregar una consideración que siento muchísimo: por primera vez en la historia política a favor de los italianos en el exterior se determina un principio casi “revolucionario”. Desde hoy en más, gracias a esta enmienda y a la “ley de presupuesto 2017”, las grandes colectividades italianas en el exterior constituirán en los hechos una solución para el mejoramiento de los servicios consulares. Se trata de un “precedente” importantísimo, que establece que las sumas cobradas por los consulados (no solo por las solicitudes de ciudadanía sino también por pasaportes, legalizaciones y otros servicios) pueden ser transferidos, si bien en parte, a los ciudadanos italianos en el exterior en términos de servicios y estructuras más eficientes. Una “revolución copernicana”, porque se pasará del antiguo asistencialismo lamentable (típico de quien pretende todo gratis sin dar nada a cambio) a una verdadera y propia corresponsabilidad, donde como contraparte a un aporte se obtienen servicios adecuados y dignos de un país civilizado. Como sucede en todos los grandes países del mundo, desde los Estados Unidos a Alemania, desde Australia al Reino Unido, donde es normal contribuir económicamente con ciertos servicios, y donde la respuesta del Estado sucede en tiempos concretos y a niveles elevados. ¡Los italianos de Brasil deben estar orgullosos y reivindicar en voz alta este éxito, patrimonio de toda Italia en el mundo!
(Respuestas a las preguntas de D. Peron – INSIEME) |